jueves, 29 de julio de 2010



El sonido del viento adormece mi instinto

Y una sensación embriagadora recorre mi cuerpo.



Ebrio de ti, empapado del aroma de tu piel

Y colgado del éxtasis de mi agonía



Busco tus ojos…Donde nace un brillo cautivador

Que desborda mi ansia.



Anonadado ante la necesidad de amarte

En tu fuente, bebo, radiante, pero ausente



Pues en cada sorbo, limito el tiempo que me atormenta.

Sobrecogedora suavidad de una piel que embauca



Bajo efectos sombríos del néctar de pasión y deseo

Provocando a cada instante, la ruptura del tiempo.



Soy alma que vaga entre tus manos

Dolorida y tenue necesidad de tenerte



Caminando sobre senda de frenesí y delirio

Sumiso ante la destreza de tu embrujo



Y la delicia de tu hechizo.



Sometido a la tensión del momento

Florece en mi, la angustia



De una suavidad placida y poética

Donde crece el anhelo.




Peregrino en tu cuerpo

Protegido del viento y la tormenta



Por un halo protector que emerge de tu esencia

Camino, desangrando mi impulso



Hacia el túnel del capricho.




Voraz apetito que consume el ansia de todo mortal

Y en el que habita la ambrosía de la impaciencia.




Surge de mi un grito aterrador

Fraguado con ingredientes de delirio



Encerrado y atormentado por mi instinto

Brota rebosante, cual maná poseído.



Y la calma me desborda….

Pues, en tus labios encuentro

la paz que me somete


Y la armonía que me soporta.

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